Si estás embarazada o estás tratando de quedar embarazada, necesitas ácido fólico por varias razones importantes (el ácido fólico también se conoce como vitamina B9 o folato, como se le conoce en su estado natural).
El ácido fólico ayuda a prevenir los defectos de nacimiento del tubo neural, que son defectos de nacimiento serios de la médula espinal (como espina bífida) y del cerebro (anencefalia). Los defectos del tubo neural ocurren durante una etapa muy temprana del desarrollo, antes de que muchas mujeres sepan siquiera que están embarazadas.
Antes de saber si realmente estamos embarazadas o si todavía no nos hemos hecho un test o prueba, seguro que comenzamos a notar síntomas que indiquen que podemos estarlo, y que a continuación queremos resumiros para sacaros de dudas. En Embarazo10, vemos ahora cuáles son los síntomas del embarazo.
Las mujeres que toman la dosis diaria recomendada de ácido fólico, empezando al menos un mes antes de concebir y durante el primer trimestre del embarazo, reducen el riesgo de que su bebé tenga defectos del tubo neural de un 50% a un 70%.
Algunos estudios sugieren que el ácido fólico también podría ayudar a reducir el riesgo de que el bebé tenga otros defectos, tales como labio leporino, fisura palatina y ciertos tipos de defectos del corazón.
Tu cuerpo necesita folato para crear glóbulos rojos normales y prevenir la anemia. El folato es esencial para la producción, reparación y funcionamiento del ADN, nuestro mapa genético y la base de las células. Así que tomar suficiente ácido fólico es especialmente importante para el rápido crecimiento celular de la placenta y de tu bebé en desarrollo.
Para reducir el riesgo de que tu bebé tenga un defecto del tubo neural, toma 400 microgramos (mcg) de ácido fólico diariamente, comenzando al menos un mes antes de empezar a intentar quedar embarazada.
El tubo neural, a partir del cual se van a desarrollar la espina dorsal y el cerebro de tu bebé, empieza a formarse unas tres semanas después de la concepción, así que es indispensable consumir una dosis diaria adecuada de ácido fólico antes de la concepción y durante el primer trimestre del embarazo.