La citología en el embarazo es una prueba en la que se toman células del cuello uterino y es fundamental para la determinación del cáncer de cuello de útero. Además, también detecta la presencia de células anómalas que hacen sospechar que se pueda desarrollar un cáncer, lo que indicaría la realización de unas pruebas más específicas para un correcto diagnóstico.
Así mismo, con ésta prueba también se pueden detectar infecciones de transmisión sexual, tales como las Chlamydias, Gonorrea o el Virus del Papiloma Humano, relacionado con diversos tipos de cáncer de cérvix.
En una exploración ginecológica, tu médico introducirá un espéculo para observar directamente el cuello del útero. Después tomará unas muestras con un hisopo o un cepillo pequeño, que se introducirán en un medio específico, ya sea en seco o en líquido. La prueba no es dolorosa, aunque a algunas mujeres embarazadas les puede resultar un poco incómoda. Los resultados pueden tardar varias semanas, dependiendo del laboratorio.
Normalmente, se realiza en la primera visita a tu médico, siempre durante el >primer trimestre del embarazo. Aunque si la mujer tiene una citología reciente con resultados normales, dentro del último año previo al embarazo, no suele ser necesario repetir la prueba. Es importante ya que el embarazo puede hacer cambios en las células que ya eran anormales. Además, si existe infección, el tratamiento precoz hará que se minimicen los posibles daños al feto.